Así de insólita es la vida. Cuando estás a punto de cumplir uno de los mayores anhelos de tu existencia deportiva, el cuerpo responde casi de manera defensiva y surgen dolores inesperados, nervios traicioneros y una que otra idea que nada tiene que ver con lo que está por suceder en cuestión de segundos. Kevin Isa Luna es un producto 100% celeste y blanco; “desde Cebollitas que estoy en Atlético”, le responde a LG Deportiva y a colegas de diferentes medios que quisieron conocer cómo se sintió en lo que él marcó como uno de esos días imposibles de olvidar: a los 17 años, y con apenas una semana de entrenamiento con el plantel superior, debutó en la Superliga. “Entrá y divertite”...
Quien le habló así a Kevin no fue su padre, Juan Carlos, que tranquilamente le hubiera dicho lo mismo. Quien lo abrazó con ese mensaje de calma fue quien lo eligió para estar entre los concentrados que vencieron a Aldosivi: Ricardo Zielinski. “El ayudante de campo quiso darme indicaciones, pero el ‘Ruso’ me llamó y me dijo: ‘jugá por izquierda, divertite y hacé un buen trabajo”, cuenta Kevin, zurdo él, pero con la capacidad como para moverse por las dos bandas de ataque sin problemas. “Lo veo mucho a Neymar. Me gustan los trucos y trato de encarar más en el mano a mano. Tengo llegada”, se presenta ante quien le consulta credenciales futbolísticas.
En los casi 10 minutos que estuvo en cancha (contando el tiempo agregado), Isa Luna intentó sacarle el jugo, como lo hace con mamá María Rosa cuando le cocina milanesas. Son su perdición. En la última jugada del partido Leandro Díaz intentó devolverle gentilezas al juvenil. Era cabecear y festejar el 2-0. Parecía sencilla la cosa, pero no. “Me sentía ya con el gol, pero se me cruzó un defensor y se me nubló todo. Una lástima. Debutar y hacer un gol, todo en el mismo partido, hubiera sido increíble”, reconoce quien revolucionó el Barrio Policial 3. “Este momento se lo dedico a mi familia y a mis amigos del barrio que siempre me apoyaron... siempre soñé con esto y hoy (por ayer) se hizo realidad. Todo llega, hay que saber esperar”, sostiene con una madurez propia de alguien que ya pasó largamente la mayoría de edad. Sin embargo, Kevin tiene 17 años, está próximo a cumplir los 18, pero conoce lo que es el juego del fútbol, lo complicado que es llegar hasta donde él llegó. Dos palmadas de Zielinski en su cabeza fueron el motor para que intente, precisamente, hacer trucos y mostrar su categoría.
El domingo de amanecer apresurado de ayer, encontró a Kevin Isa Luna donde siempre quiso estar, defendiendo al “Decano”. “Amo este club y por esta camiseta voy a dar todo”.